Mi amor y yo: 2.08 Bonito

    Sentí estas ideas nubosas reclamándome en la cabeza, un nerviosismo que me apretujó el pecho, pero, entre más temor percibía, más energía tuve para correr a mi destino.

Abrí la puerta con las manos temerosas, mientras chirriaba y la pesadez del tiempo y el espacio se acunó sobre mis brazos.

Juro que no estaba preparado, pero la curiosidad me sedujo como luciérnaga a la oscuridad. De pronto, mis ojos se destaparon de par en par y un mundo nuevo se creó como una fantasía. Y los momentos precipitaron a cantaros sobre mí, cada uno de ellos recorriéndome la piel y alegrando mis sentidos.

Cuáles son las tinieblas que te acongojan cuando reconozco lo luminosa de tu sonrisa o la felicidad que me expresan tus ojos cuando juegas sin más. Y hay que ver más allá del miedo, de las inseguridades que le acompañan y dejarlo fluir.

Y yo quiero ser quien te acompañe, porque cruzar el camino de espinas no es pisar precisamente pétalos de rosas. Quiero tomarte la mano y cuidar tu paso. Que vayamos juntos descubriendo este campo florido, en complicidad.

Tal vez nunca encuentre la respuesta, el faro que pueda dispersar la tormenta que nos aqueja, pero, aunque el miedo llegue a gobernarnos, no quiero otra manera de vivir esta vida, este destino que vamos creando.

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