Vida pasada: A sus trece años.
Mujer patas con
tierra
con un montón
de embrollos en la cabeza,
sentiste el
peso del mundo sobre tus hombros
y robaste por
necesidad,
qué culpa tuviste
de nacer sin cuna de oro,
creciendo desde
el abandono y carencia,
del desasosiego
pudiste florecer.
Chiquita entre
los grandes,
inmensa como la
luna
que cubrió tus
pasos de noche,
pero nada hacía
presagiar
el agüero que
embarró tu nombre.
Fui violada,
me dijiste con
lágrimas colgando
y vi tus ojos
cansados de tanto errar,
y lo repetiste
dos veces
para asegurarte
que te escuchaba,
que estabas
diciendo la verdad,
pero tras tu
desvelo y confesión
solo fuimos abuela y
nieto
dos corazones
destrozados
por el atraco
de garras despiadadas
de un
malhechor.
La niñita no
solo quería enamorarse
que trece años no
bastan para disfrutar
del palpito de
un corazón tibio,
solo querías
seguir creciendo
volverte
secretaria o enfermera,
más te
arrebataron la inocencia,
pero jamás tu
valentía de vivir riendo.
Ay, Rosita
que la vida,
este sendero se apiade
del tesoro que
te arrebató,
yo sigo
sintiéndome afortunado
de escucharte e
impregnarme con tus historias
de cuidado y amor.


.jpg)
Comentarios
Publicar un comentario