Vida pasada: Cartas para mi Anto.
Aún recuerdo a
mi Anto
su cuerpo sin
nombre
su rostro sin sombra
y su mirada furtiva
e ingenua
que llenó mis
vacíos y silencios.
Siempre
en cada uno de
mis abrazos
descubrí un nuevo
secreto por desenmarañar
y parecía que
necesitabas de mi ayuda
para
deshilachar cada uno de ellos,
porque te
ahogaban,
te acortaban la
vida
a la que tanto
deseabas aferrarte.
Me acuerdo de nuestro
encuentro
destinado, para
nada fortuito,
buscándolo de
tiempos remotos
que las piedras
de luna presagiaron.
Una vez que
contemplé el reflejo
de tu presencia
ya no pude
apartar la mirada.
Ay, Anto
mi querido Anto
llevabas la
carga del mundo sobre tus hombros
y varios
demonios bailaron a tu rededor,
aunque no me
percate antes de la herida cicatrizante
una vez más
habría dado
todo de mí para verte sonreír.
Tu existencia
en esta vida
es solo un perfume
que yace aferrado a las sábanas,
en cada una de
las prendas que visto
para no dejarte
ir,
y ahora sé que
debes permanecer lejos
y me repito
como consuelo
“tiempo al
tiempo”,
pero me agobia
saber que solo soy otro recuerdo.
De un cuerpo sin
importancia
otro de los muchos
que compartió tus días
y noches más
oscuras.
Ay, mi Anto,
te recuerdo con
ternura,
colores que
desdibujaron mi paisaje
y le dieron una
nueva perspectiva,
seguiré
expectante de tu regreso
arriesgándome nuevamente a tu encuentro.


.jpg)
Comentarios
Publicar un comentario