Vida pasada: Apariencias.


Esos dedos que te apuntan

con desprecio

miradas displicentes

se escuecen tras tu espalda

etiquetas

que estás delgado, retorcido

salpicando veneno con sus falsas sonrisas

y solo quisieras salir gritando

sin gracia ni consuelo.

 

Contengo el aire,

miro a mi alrededor

desesperado

y anhelo que las miradas

esos dedos insidiosos que me apuntan con desprecio

no cambien mi apariencia,

pero sé que estoy esculpido de un molde roto.

 

Inspiro con fuerza,

endurezco la mirada

y lo enfrento, apunto mi reflejo.

 

Y por tanto tiempo lo evité

lo profundo del espejo

la figura que ya no me parecía familiar

de un arte abstracto me he moldeado

transformándome

sutilmente en la arcilla

que puedo machacar,

romper y manipular

a mi antojo.

 

Pero muy dentro de este latir de porcelana

estoy a su disposición.

 

Tómame, susurro,

que cojan con sus manos esta porcelana

y viérteme sobre el molde

que puedo inspirarme

a su obra y semejanza.

 

Solo soy la sombra

del corazón que llevo prendido

en la palma de mis manos

pero esta escultura es mía

y puedo mutilarla, quebrantarla y romperla

si así quiero.

 

Entonces, los desafío

a que me apunten con el dedo

y de frente, les pregunto: ¿Quién es el más bonito?

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