Vida pasada: Y tus caricias.


Nuestros ojos

como dos espejos que se miran de frente

y la melodía de su silueta va creando,

irrumpiendo como el verano en tu pecho.

 

Me sigo impresionando

cómo es que las mariposas brotan de tu cabeza

encienden con colores tan relucientes

la naturaleza muerta que vive en mí.

 

Y es como una danza

lo que se avecina entre nosotros.

 

Es imposible no ceder,

inevitable no concederle al fuego

amarrarse a la ternura de mi figura

acercándote

para que mi prisma te descubra

las mil y una sonrisas que anhelo contemplar.

 

Y cuando la noche se corra

tras mi cuerpo

despojado de sus prendas,

consentiré al fulgor de luna llena

se vierta en este campo de flores bordadas

solo para ti.

Comentarios

Entradas populares